Estás ahí,
eres mi sombra a cada minuto del día
en cada despertar
y más que nunca en cada anochecer.
Y es que sueño contigo
con verte,
con hablarte
y que seas una caricia al corazón.
Sabor amargo y
Sabor dulce a la vez
eres mi otra parte
y te reconocí por la luz que emana de tí.
Al final, lo sabio en los hombres
no es cometer errores
sino enmendarlos
... y eso es lo que haré.
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